Pijama pumba

En casa, cuando hacemos una cagada, decimos que hemos hecho el Pumba, o una pumbada. Pues eso es lo que hice con este pijama, una pumbada monumental. La cosa es que la semana que viene tenemos un cumpleaños, y siguiendo la propuesta que me hice hace un par de meses de no comprar regalos sino amortizar la máquina de coser, me propuse hacer un kimono como éste que le había hecho a la mona.
Fui un día a los Encantes y compré la tela (demasiado cara para pumbarla) en una tiendecita que hay de patch. Muy bien, 60 cm. Ohhhh, que bonita, me encanta  la tela, bla bla bla.
Al cabo de unos días me pongo al tema. Corto la espalda, corto la capa que se superpone y... ¡Oh, sorpresa! con la tela ya cortada me doy cuenta de que no había calculado que son dos capas y no una las que necesito.
A la basura el proyecto. No puede ser. Tres noches de medio insomnio después se me ocurrió esta solución.

Cortar la capa y hacer la parte de delante simétrica, y con los retales que me quedaban hacer la mitad de la izquierda. Puse un vivo en medio para unir los retales y unos snaps para cerrarla. Y al final se convirtió en un pijama.
No se aprecia mucho, pero la tela es una monada. Lleva florecitas lilas y algunas rojas.

Le he hecho también este pantalón del mismo tono que las flores rojas. El resultado no me desagrada, aunque para la siguiente me pensaré mejor cuánta tela necesito.